CABLES SUSPENDIDOS
INTRODUCCIÓN
Por su simplicidad, versatilidad,
resistencia y economía, los cables se han convertido en un elemento imprescindible en
muchas obras de ingeniería. Pensemos en los puentes
colgantes, no solo los grandes sino también los pequeños construidos para
comunicar veredas en zonas rurales, las garruchas, los sistemas de transporte
de productos agrícolas en los cultivos, los sistemas de interconexión eléctrica, los
cables para postensado en una obra de hormigón, los tensores o contravientos
para luminarias y postes, pagodas o techos, etc.
Por su flexibilidad, los cables solo
aguantan fuerzas de tracción, se comportan de forma inversa a los arcos, en los cuales, debido
a su curvatura, los esfuerzos cortantes y de flexión se pueden hacer nulos y los esfuerzos
de compresión se convierten en el soporte de la estructura. En el caso de un
cable, la geometría que él adquiere al aplicar las cargas, es tal, que asegura el
cumplimiento de las leyes de equilibrio con el solo trabajo a tracción del
elemento.
El tipo de geometría que adquiere un cable depende del
tipo de cargas actuantes. Para cables sometidos a cargas uniformes en la
proyección horizontal, adquieren una forma parabólica siguiendo la forma del
diagrama de momentos de una viga simple; cables sometidos a cargas puntuales
adquieren una forma discontinua en cada punto de aplicación de las
cargas y cables sometidos a su propio peso (en este caso no es una carga
uniforme) forman una curva llamada catenaria. Un ejemplo de este último caso es
el de las redes de energía. En el caso de que la flecha del cable (distancia vertical desde
los extremos hasta el punto mas bajo) no sea muy grande, esta catenaria se
puede aproximar a una parábola.
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